Despedida y fin del sudeste asiático

Qué más puedo decir… Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

Las protagonistas se separan, pero a pesar de eso, es un final feliz. No puede ser de otro modo.

Eran las 12 de la noche en el aeropuerto de Suvarnabhumi en Bangkok.
Check in hecho, mochilas facturadas y dos caras tristes que deambulaban por los pasillos sin pronunciar palabra. 5 minutos separaba mi embarque del de la jose, ella se iba por la puerta G y yo por la F. Caminamos juntas, abrazadas, pensando en lo rápido que había pasado el tiempo y las pocas ganas que teníamos de que ese viaje terminara. Como en muchas ocasiones nos pasó, no era necesario decirlo, sabíamos perfectamente que estábamos pensando lo mismo.

Un abrazo fuerte, un par de lágrimas y con cara de pena y alegría, nos gritamos un «Suerte zorra, fue el viaje de mi vida!»

La vi irse entre egipcios sola y me vi a mi mezclarme entre los indios, sola.

Mientras caminaba al avión, mil flashbacks me llenaron la cara de sonrisas. La juana, el sheldon, los chinos, el sheese, las comidas, las risas, la gente, el Mario, el «i’m talking tou you», los buses, las playas, las tami y un largo largo etcétera.

Nos prometimos volver y comprarnos ESA casa en la punta de la isla, para decirle a los jóvenes algún día: sí, yo hice ese viaje hace años, pero ahora vine por unas semanas.

Aprendimos un millón de cosas y nos vamos más cultas, más maduras, más amigas y mejores personas que cuando empezamos.

El ‘same same but different’ es una forma de pedirnos que volvamos. Porque a pesar de que algunas cosas cambien en nuestras vidas, otras seguirán iguales, seguirán aquí.

Some things in life may change, but some things they stay the same.

Y como dice otra frase thai, ‘Never try, never knows’, asi que nadie sabrá lo que es esta experiencia hasta que la viva.

Yo sigo mi camino. Todavía me quedan meses de viaje y aunque echaría raíces aquí, como dijo un buen amigo «Me encanta este lugar, pero se que hay mas lugares increíbles en el mundo que me están esperando».
Y si no voy, nunca lo sabré, así que continúa el Blog en India y Nepal.

Y para mi amiguita, además de las gracias y lo ya dicho:
«No llores porque se terminó, sonríe porque sucedió». Gabriel Garcia Marquez

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