We love Koh Tao

Nuestro pequeño paraíso y hogar por 10 días se llama Koh Tao.


Esta isla ubicada en la costa este de Tailandia es la combinación perfecta entre playas maravillosas y fiesta. Se parece a Phi Phi con espectáculos de fuego y bares en la playa, pero sin la multitud de turistas revolucionados. Es el único lugar donde hemos escuchado a la gente decir que venían por unos días, pero decidieron quedarse años. Y no nos cabe la menor duda, abrir la ventana cada mañana y ver una isla verde cubierta de palmeras, rodeada de playas con arena blanca y bañada por aguas transparentes donde flotan barquitos de colores, es suficiente para decir: No necesito más para ser feliz.

Las personas que se quedan hacen de sus amigos sus familias y sus bungalows de madera, sus casas. Hasta niños rubios de 4 años van a colegios con niños thai para satisfacer el capricho de sus padres. Debo reconocer que caminar sin zapatos todo el día, comer pescado fresco y ver la puesta de sol todas las tardes, es un capricho que ojalá todos nos pudiéramos dar.

Por diez días nos hicimos locales. Nuestros amigos chilenos fueron nuestra familia. El Juaco, Dusan y el Tom, fueron grandes compañeros de buceo, de paseos y de risas. Uno de ellos nos bautizó como las dos sirenas, que era como nos sentíamos cuando estábamos en el agua.

La isla tiene muchas playas para recorrer, lugares para hacer snorkel y ver tiburones, una isla increíble que pertenece al dueño de la famosa cerveza Chang, que vale la pena una visita.

Los instructores, 4 españoles que hicieron de Koh Tao su casa, también fueron nuestros amigos, contándonos sus vidas y enseñándonos a reconocer peces y a pasear bajo el agua.

Aprendimos que los que bucean siempre son felices y que un par de señas bastan para comunicarse bajo el agua. Nosotras dos, como buenas mujeres, tuvimos grandes tertulias con el idioma de las manos y varios ataques de risa que hicieron que tragáramos más de una vez agua salada.

Además de la increíble isla y sus paisajes, la gente que conocimos en este lugar es digna de recordar. Los viajes son buenos, si la compañía es buena, independiente del lugar donde se esté, y en esta isla la compañía era lo mejor.

El último día nos invitaron a la despedida de Marcos, uno de los instructores del grupo y gran persona. Nos sentíamos una más y a la vez que despedíamos a Marcos, nos despedíamos también nosotras de nuestro mini paraíso.

Nos volvemos a embarcar, ahora con destino a Bangkok. Lejano vemos el día que hicimos el viaje al revés, cuando dejábamos Bangkok para dirigirnos a estas playas. Playas en ese entonces desconocidas y lejanas, y ahora, un mes y medio después, playas que estarán en nuestro recuerdo de por vida.

Es difícil explicar con palabras e incluso con fotos, la sensación de estar ahí, plena, sentada mirando el mar, sin preocupaciones, ni responsabilidades. Ese recuerdo estará sólo en nuestra mente.

Life is like a camera, focus on whats important and you will capture it perfectly.

Las mejores fotos de Tailandia, son las que están en nuestra memoria y nuestro corazón.

«Los Dusanes»

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