El final del viaje que cambió mi vida

Llegué a un punto donde sentí que escribir lo que no me impresionaba no valía la pena y sentía que después de lo que había vivido, nada me impresionaría tanto. Es por eso que dejé de escribir. No es que lo que vi después no valiera la pena, es más, lo que vi después me gustó tanto o más que varias cosas que vi al principio, pero poco a poco se fue terminando la aventura y con ella, las ganas de contarlo.
Después de respirar el aire fresco del Himalaya, de caminar sin parar durante días, de ayudar a niños discapacitados y ver rituales sagrados, de caminar por calles llenas de basura, de bañarme en playas paradisíacas, de conocer personas y ciudades, de aprender historia, cocina y nuevas culturas, de dormir en el suelo y ducharme con agua fría, de viajar en trenes, aviones, buses y motos, de reírme sin parar y vestirme con la misma ropa hace meses… parece que llegó la hora de emprender retirada.Salí de Chile hace casi 10 meses, me fui de Madrid hace seis, llevo la mochila en la espalda desde ese día y he dormido en la misma sábana todo este tiempo.
Desde que llegué a Asia he estado en 12 países, cientos de ciudades, 13 aviones, 7 trenes y miles de buses.

Estuve con elefantes, tigres, leones, monos, vacas, peces de colores, rayas, medusas, tortugas, cobras, camellos, delfines, perros, gallinas, jaks, búfalos, bichos vivos, fritos y muertos, ratones y algún humano curioso.

He probado comida nueva y he sacado más de tres mil fotos. He conocido gente de todo el mundo, he aprendido palabras nuevas y ahora sé que no todas las personas con ojos rasgados son chinos.

Podría pasar horas y días enumerando todo lo que hice y todo lo que vi, pero no soy capaz de explicarlo en palabras.

Tuve cuatro viajes: Pasar más tiempo en mi querido Madrid y recorrer más de Europa, el paraíso del sudeste asiático con mi amiga Jose, la increíble India y Nepal con Francisco y el lujo de un crucero y Bali con mi familia. No me puedo quejar, pero no quiero que se termine.

Asia es muy grande y muy distinto un lugar de otro. Me falta mucho por conocer y me quedaron varios países pendientes, así que espero volver. Me voy triste y sin ganas de irme, pero llegó la hora.

Doy las gracias a los que me acompañaron en mi aventura: Gracias de todo corazón por hacer de este viaje un viaje único e inolvidable! Jamás podría haber tenido compañeros de viaje tan increíbles.

Doy gracias a mi familia, que me dio la libertad y el apoyo para hacerlo. A todos los que se acordaron de mi durante estos meses y me escribieron preguntando dónde estaba. A los que leyeron mi blog y me siguieron en cada publicación. A los que vieron mis fotos y se trasladaron con ellas a estos lejanos lugares. A los que conocí en el camino y a los que se quedaron. Sólo puedo ser una agradecida de la vida por esta oportunidad y por estar donde estoy.
Muchos me han preguntado: Bueno… Y ¿Qué fue lo que más te gustó?
Y la respuesta es: Asia! Porque me gustó TODO.
Hasta siempre!

Una respuesta a “El final del viaje que cambió mi vida”

  1. <3 que pena que se acabó!

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